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El comportamiento del clima en Cali está determinado en gran medida por los fenómenos de El Niño y La Niña, los cuales intensifican la sequía o las precipitaciones. Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), durante los últimos diez años la ciudad ha experimentado un aumento en la variabilidad climática, lo que implica retos adicionales para la conducción segura. Comprender estas características es fundamental para anticipar cómo responder en cada trayecto.
Conducir en estas circunstancias requiere mayor concentración y una reducción significativa de la velocidad. Mantener una distancia prudente entre vehículos se convierte en un aspecto clave, ya que el frenado se prolonga cuando la calzada está mojada. El uso de luces bajas en lugar de luces altas mejora la visibilidad y evita encandilar a otros conductores en medio de la lluvia. Además, el buen estado de las llantas y de los limpiaparabrisas es determinante. Un neumático desgastado puede perder hasta un 40% de tracción sobre superficies húmedas, de acuerdo con datos del Consejo Colombiano de Seguridad (2022).
En zonas cercanas a los ríos Cauca y Cali, las lluvias pueden provocar inundaciones repentinas. En estos casos, la recomendación es evitar cruzar calles anegadas, pues incluso una corriente aparentemente débil puede arrastrar un vehículo ligero.
Las altas temperaturas afectan directamente el rendimiento del motor y el sistema de frenos. Es común que durante las horas de mayor radiación solar el asfalto alcance temperaturas superiores a los 40 grados, lo que acelera el desgaste de los neumáticos. Asimismo, el polvo levantado en vías sin pavimentar puede reducir la visibilidad y ocasionar irritación ocular. Mantener el aire acondicionado en buen estado y revisar con frecuencia el nivel de líquidos del motor resulta esencial durante estos periodos.
Otro aspecto importante es la fatiga del conductor. Manejar bajo calor extremo puede provocar cansancio más rápido, lo que disminuye la capacidad de reacción. Por esta razón, se recomienda planear los trayectos más largos en horas de la mañana o la tarde, cuando la temperatura es más moderada. Según la Secretaría de Movilidad de Santiago de Cali, durante los meses secos aumentan en un 15% los incidentes viales asociados al cansancio y la deshidratación de los conductores.
Llevar siempre un paraguas y asegurarse de que los sistemas de drenaje del vehículo funcionen bien son medidas básicas. También es recomendable revisar periódicamente las condiciones de los frenos y mantener los vidrios limpios para evitar empañamientos. Cuando las lluvias se combinan con altas temperaturas, se generan condiciones de humedad que deterioran rápidamente la superficie del pavimento, lo que aumenta la aparición de baches y huecos en la vía. Conducir con precaución en zonas afectadas reduce el riesgo de daños en la suspensión y en la alineación del vehículo.
El IDEAM ha advertido que el fenómeno de El Niño puede intensificar sequías seguidas de lluvias repentinas, lo que agrava el riesgo de inundaciones urbanas y cortes eléctricos que afectan la señalización de las vías. Por ello, la planificación previa de cada trayecto se convierte en un hábito indispensable..
El respeto por las normas de tránsito locales, como el sistema de Pico y Placa que regula la circulación de vehículos según el número de la placa, también tiene un impacto directo en la seguridad y en la movilidad. El incumplimiento de esta medida puede generar multas de hasta 522.900 pesos colombianos, de acuerdo con información de la Secretaría Distrital de Movilidad de Cali.
Además, es fundamental reconocer la importancia de la hidratación del conductor y de las pausas activas en recorridos prolongados. Conducir cansado o deshidratado es tan riesgoso como hacerlo bajo lluvia intensa. Por eso, la disciplina personal se suma a las condiciones técnicas del vehículo como un pilar esencial para reducir los incidentes en carretera.
La clave está en adoptar hábitos preventivos durante todo el año, mantener el carro en óptimas condiciones y respetar las normas locales de tránsito. Con estas prácticas, los conductores de Cali no solo se adaptan mejor a su entorno, sino que también contribuyen a una movilidad más segura y eficiente para todos los usuarios de la vía.